Proyecto de iluminación en el Restaurante Albarracín, realizado por Classico45 Interiorismo y fotografía de Olga Planas con lámparas Marset.
El estudio de interiorismo classico45, con sede en Zaragoza, ha sido el encargado de la rehabilitación y acondicionamiento del restaurante Albarracín, situado en el centro de esta misma ciudad, que cuenta con más de 30 años de trayectoria y una reconocida oferta gastronómica de alta calidad. La intervención se centró en actualizar el espacio existente al siglo XXI, teniendo en cuenta que la cocina del restaurante combina tradición con nuevas y vanguardistas propuestas.
Para conseguir aunar modernidad sin renunciar a las señas de identidad del pueblo turolense que da nombre al restaurante, classico45 ha optado por la utilización de materiales presentes en las construcciones locales y materiales naturales, acompañados de una iluminación cálida que ha ayudado a generar unos espacios muy acogedores.
La iluminación en este proyecto ha sido una pieza clave, y como lámpara principal ha sido elegido el modelo Ginger diseñado por Joan Gaspar. Esta pieza realizada en chapa de roble con un módulo cóncavo metálico que aloja la luminaria, de la que surge la fuente de luz de forma indirecta contribuyendo a definir la personalidad del espacio. La lámpara Ginger se ha utilizado en diferentes versiones: de suspensión, de sobremesa, como aplique de pared y como suspensión con brazo.