Copérnica x Simon Zimmermann

A Marset Takeover with

Copérnica x Simon Zimmermann

Copérnica

Simon Zimmermann, apasionado por el diseño de interiores, el streetwear y el ciclismo, nos habla de sus influencias, de su casa y del buen café, que no es un café cualquiera.

Con “Slow Down” como mantra, Zimmermann comparte en esta entrevista su visión sobre la luz y las cosas que le gustan, revelando que Copérnica es una lámpara que no dejará siempre en el mismo sitio.

Hola, Simon. Teníamos muchas ganas de tomar un café contigo y de que nos contaras algunas cosas sobre tu vida, los objetos que te rodean y tu relación con el diseño. Gracias por prestarnos tiempo para hacer esta entrevista.
Es domingo por la mañana, la luz llena el espacio. ¿Qué vas a hacer?
SZLo primero es lo primero: ir a mi Linea Mini y empezar el día con un café.
¿Qué te despierta mejor? ¿La luz del sol o un café con leche? 
SZUn café con leche es un elemento esencial de mi rutina matutina.
Podemos decir que preparar café es algo ritual. ¿Qué otros rituales haces en tu día a día?
SZMientras me tomo mi primer café, siempre miro mi correo y las redes sociales. Lo sé, no es lo mejor, pero oye, hay preguntas que hay que responder. Después de eso, hago mi trabajo normal de 9 a 5 y, cuando ya he cumplido con todas mis obligaciones, es el momento de salir en bici o a correr, algo con lo que estoy disfrutando mucho últimamente.
Vinilos, mobiliario Mid Century Modern, libros de diseño, Bauhaus, plantas… Tu hogar es un reflejo de tu personalidad. Si tuvieras que definirlo con una palabra, ¿cuál sería?
SZSerían dos palabras: «slow down» (más despacio); no solo se ha convertido en un tatuaje, sino también en una especie de mantra para mí.
¿Cómo has ido forjando ese estilo? ¿Qué o quién te ha influido?
SZSiempre me ha gustado la obra de Ray y Charles Eames y todo lo de mediados de siglo. Lo mejor de eso es que todavía se pueden encontrar muchas cosas a buen precio en el mercado de segunda mano. Los libros y revistas ayudan mucho, y también mi algoritmo de Instagram me ayuda a recibir inspiración.  
Estamos acostumbrados a ver en redes casas inalcanzables. Tú convives con el diseño de una forma natural. Tu hogar es inspirador pero cercano. ¿Qué crees que motiva a la gente a seguirte en redes sociales?
SZCreo que es un poco porque muchas de mis cosas las compro en tiendas de segunda mano, y eso lo hace más cercano. Mi mesa de comedor, por ejemplo, me costó 15 € y a la gente le encanta. También la gente sabe que tardé mucho tiempo en encontrar todas las cosas que tengo ahora. No es el estilo «tengo un presupuesto infinito y me compro todos los clásicos de golpe». A veces no me compro nada en meses esperando el objeto perfecto a buen precio. Y también a la gente le encantan los Stories diarios de latte art, ja, ja, ja
La luz es muy importante en tus fotografías. ¿Cuál es tu luz preferida para hacerlas? 
SZPor supuesto, la luz natural es clave para las fotografías y me gusta jugar con ella cuando hago fotos fuera de casa. Para ser sinceros, en casa apenas tenemos luz natural, ya que está orientada al norte. Eso significa que tengo unos 5 o 10 minutos para colocar mi café y usar la luz del sol. Aparte de eso, uso todas las luces de ambiente que tengo para dar un aspecto acogedor a la casa.
La lámpara Copérnica dibuja esculturas minimalistas en el espacio. ¿Dónde la vas a colocar? 
Como casi todas mis lámparas, irá cambiando de sitio de vez en cuando. Pero hay algunos sitios seguros: el tocadiscos  el rincón con la palmera junto al Togo  al lado de la cama para leer antes de dormir
 ¿Qué es lo que no puede faltar en tu casa? Aquello que la ilumina -aparte de nuestras lámparas, claro. 
SZMi máquina de café. Me acuesto pensando ya en hacerme el café, ja, ja, ja. Cuando fui a visitar a mis padres 10 días en Navidad, me la llevé. Las prioridades están claras.
Para terminar, ¿nos recomiendas un lugar especial al que viajar?
SZJapón siempre ha sido una gran influencia para mí en cuanto al estilo minimalista, la arquitectura y, por supuesto, la ropa. Este año he visitado por primera vez Tokio y Kioto y todavía estoy alucinando. ¡Si puedes, tienes que ir! Pero Lisboa también me ha robado el corazón. Es totalmente distinto a Japón, pero taaaan bonita, y por supuesto mucho más accesible. Los vuelos a Japón son un poco caros.
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